La tabla de contenidos
La tabla de contenidos: Flubber
La introducción: Good morning, Vietnam
La promoción: Jumanji
Los microrrelatos: El club de los poetas muertos
Las canciones de la semana: Patch Adams
La despedida: El indomable Will Hunting
La introducción
Ey, hola.
Soy Miguel Escribano y estás leyendo Gritando al vacío.
Llevo unas horas posponiendo escribir esto porque no se me ocurría de qué hablar. He mirado dentro de mi cerebro y el vacío me ha devuelto la mirada. De modo que he hecho lo que cualquier artista de bien hace al enfrentarse a un bloqueo creativo: evadirme en internet.
Pero como soy un nerd, en vez de verme un capítulo de una serie he optado por distraerme viendo un episodio de Explicado pierde (“tu podcast de comedia de confianza de La Llama School”). Por si se diese el rarísimo caso de que no seas una persona absolutamente obsesionada con el análisis de comedia, Explicado pierde es un podcast en el que se desgranan productos humorísticos, sean películas, series o artistas. Tenía pendiente el de Robin Williams, así que esa ha sido mi opción de contenido ligerito para ver durante la cena.
Me he criado viendo películas del bueno de Robin y es una figura a la que he mirado con cariño y nostalgia, pero no ha sido hasta estos últimos años que he sabido de él más allá de su faceta actoral. Me sorprendió enterarme de que Robin Williams ya era una megaestrella de la comedia antes de pisar Hollywood. Y es que resulta que lo que realmente era Rob es una auténtica bestia de la improvisación y del humor en directo.
De modo que, al oír hablar de ello hace un par de años, marqué su ficha en mi enciclopedia mental con la pegatina de “Referente clásico”, pero, sin embargo, nunca me paré a explorar alguna de esas actuaciones. Hasta hoy. A mitad del podcast han mencionado una entrevista que le hicieron a Robin como el epítome de lo que representaba como cómico, así que me he puesto a verla.
La entrevista la puedes ver entera en esta página que asumo que es algo parecido al Youtube ruso; alternativamente supongo que puedes comprar el DVD por Amazon, pero me da a mi que está descatalogado, ya que es de 2001. Es una “conversación” (me atrevería a decir que todas las intervenciones juntas del entrevistador no suman cinco minutos) en una escuela de cine, dura casi dos horas y está en inglés sin subtítulos, así que es café para muy cafeteros, pero yo me la he tragado del tirón.
Es simple y llanamente increíble.
Desde el momento en que pone un pie en el escenario, Robin no para de improvisar personajes y escenas a una velocidad que hace difícil seguirle el ritmo. Y por si fuera poco lo rápido que habla y los acentos que pone, no para de cuajar el discurso de referencias culturales e intelectuales. Es agotador verlo y asusta la mera idea de intentar hacer algo parecido. Guionizar los sketches que él improvisa sobre la marcha llevaría muchas horas de trabajo y el resultado sería seguramente una puta mierda. Como persona que se sube regularmente a un escenario a cambio de dinero, me siento avergonzado de llamarme cómico después de ver esto, mucho menos improvisador.
Pero tampoco es justo compararse con él, porque lo que hay sentado en ese sofá no es una persona sino una fuerza de la naturaleza. Es el producto de combinar una mente superdotada y una vida entera de entrenamiento orientado al exclusivo propósito de hacer reír, cueste lo que cueste. Una persona única. Un genio. La hilaridad hecha humano. En dos palabras: Robin Williams.
Qué absoluta barbaridad.
No sé qué extraer de esto. Intento articular las emociones que me produce lo que acabo de ver, que son muchas y variadas, pero no lo logro. Hay inspiración, pero también desazón. Entusiasmo y rabia. Un propósito a alcanzar a futuro y un tirar la toalla de inmediato. Joder, imagínate ser capaz de generar tantas cosas de golpe en alguien. Guau.
En fin, no tiene sentido pensar en llegar o no a ser como él, porque nunca habrá nadie como él. Creo que me quedaré con la sonrisa que le afloraba cada vez que salía del personaje. Era la cara de un hombre feliz por hacer felices a los demás. En sus propias palabras “I’m having so much fun”. Me parece que a eso sí puedo y debo aspirar.
Espero que tengas un buen día. Muac.
La promoción
Es mi responsabilidad fiduciaria para contigo, mi estimado suscriptor, recordarte que el jueves 12 de diciembre a las 20:30 en Las Armas (Zaragoza) tendrá lugar el show de Ignasi Taltavull “Ya no sé ni lo que digo”.
Ya se han vendido muchas entradas, y nada me dolería más que ver que te quedas sin la tuya por no haberte informado debidamente en tiempo y forma, de modo que seguramente te lo repita en sucesivas entregas.
Y como el muchacho acaba de ganar un Premio Ondas, aprovecho para compartir el vídeo de la entrega (minuto 31:39), sin duda alguna el momento más gracioso de la gala.
Los microrrelatos
La frase de esta semana era Unas decimillas de fiebre al entrar en el camerino. De verdad, parece que escogen algunas frases para joder. Pero podemos con todo, claro que sí. Allá vamos.
Meet and greet
Unas decimillas de fiebre al entrar al camerino fueron suficientes para activar la alarma, y Juan fue rápidamente expulsado del recinto.
El productor que lo escoltó hasta la puerta le recordó que las reglas para visitar el backstage eran claras: debía estar sano más allá de toda duda. El gran maestro era muy celoso de su salud y no quería que se le acercase nadie enfermo, ya que podía hacer peligrar la gira.
Horas más tarde, mientras veía las noticias tomándose un caldito de pollo, Juan pensó que era irónico que, siendo técnico de mantenimiento, hubiera podido identificar el escape de gas que acabó haciendo explotar el camerino.
El trato
Unas decimillas de fiebre al entrar en el camerino. Unas gotas de sangre al toser en el taxi. Un fuerte mareo al salir de la ducha. La rutina de cada día.
Cuando apareció y me ofreció una forma de sobrevivir debí haber preguntado por la letra pequeña. Quizás me lo hubiera pensado dos veces de haber sabido que experimentaría los síntomas de mi enfermedad durante todo ese tiempo de vida que estaba comprando.
Pero me cegó el ansia por seguir exprimiendo los placeres del éxito. Sexo, drogas y rocanrol. ¿Cómo negarse? En fin, supongo que esto es a lo que te arriesgas al hacer un trato con el diablo.
Teatro del bueno
Unas decimillas de fiebre al entrar en el camerino auguraban una representación complicada, pero como todo actor de renombre ya había tenido que salir a escena enfermo en más de una ocasión, así que no se preocupó.
Al llegar al teatro se había fijado en que el becario nuevo también tenía pinta de estar congestionado, de modo que rebuscó en su mochila hasta que encontró lo que supuso que era una pastilla de paracetamol. Con eso aguantaría las dos horas de función.
No recordaba nada más desde ese momento, pero toda la crítica fue unánime: había sido la mejor interpretación del Dr. Jekyll y Mr. Hide de la temporada.
Las canciones de la semana
La lista de reproducción completa de Spotify está aquí.
La despedida
Chao. Hasta luego. Un beso.
Adiós.