Ey, hola.
Soy Miguel Escribano y estás leyendo esto.
Te seré sincero, estimadísimo lector. Ahora mismo estoy tan cansado que se me están cerrando los ojillos de sueño y no me encuentro en condiciones como para sacar adelante aquesta condena semanal de exprimir mi pobre encéfalo hasta juntar cuatro palabras con cierto ingenio.
Sé que es una decepción para ambos, pero te aseguro que las razones que han acarreado el presente cansancio y falta de tiempo bien valen adolecer de nuestra tan esperada correspondencia dominical habitual en esta ocasión. Pronto te hablaré de ello, lo prometo.
Hasta entonces, espero que estés bien y que disfrutes de, o como mínimo toleres, lo que sea que te depare la semana.
Siempre tuyo,
Miguel
P.D: Un beso. Chao.
Descansar también es un proceso artístico, pero eso no lo verás en los museos.