La tabla de contenidos
La tabla de contenidos: la sección autoreferencial.
La introducción: cortita y al pie.
La promoción: otro y yo vamos a actuar.
Los relatos en cadena: tres microrrelatos sobre cenar.
Las canciones de la semana: me he reecontrado con Boygenius.
La despedida: pasa una buena semana.
La introducción
Ey, hola.
Soy Miguel Escribano y estás leyendo “Gritando al vacío”, la newsletter que nunca es igual. Hoy, por ejemplo, va a ser una edición como no se había visto antes: corta. El motivo es sencillo: se me ha echado el tiempo encima.
Escribo estas palabras un lluvioso sábado por la tarde, por lo que carezco del tiempo necesario para dar a luz una de mis gloriosas y faraónicas obras de literatura semanal. Pero bueno, era de esperar que las cosas cambiaran con la vuelta al cole y todos los proyectos que se reactivan acordemente. Por pura coincidencia, hoy es también el comienzo del otoño, de modo que parece casi justo que sea hoy cuando las publicaciones pasen a ser más escuetas. A los árboles se les caen las hojas y a esta newsletter las palabras.
¿A qué se debe el estar tan ocupado que no puedo dedicar tiempo a mis estimados lectores?
Bueno, por un lado, esta semana hemos dado por inaugurada la temporada de comedia con el primer micro abierto de Somarda’s. Si bien se nos fue un poco de las manos la duración, la acogida fue buena y la gente nos ha expresado que nos echaban de menos. Parece mentira que ya hayan pasado más de dos meses del especial de fin de curso.
Además, el jueves tuve el honor de presentar, junto a mi amigo Andrés Llena, a nuestro amigo Sergio Ronda, que hizo por primera vez su show unipersonal en la sala Las Armas delante de más de cien personas. Esto ya es un hito de cómico mayor sin ruedines, y es un honor que nos pidiera compartirlo con él. Presenciar la ovación final fue muy especial y me hizo sentir que podemos hacer grandes cosas, si seguimos dándole duro.
Por último, en esa línea de trabajar para hacer comedia, he estado escribiendo cosas nuevas para el show que tengo la semana que viene, pero eso tiene sección propia, de modo que no me adelanto. Sólo diré que, finalmente, he escrito un bloque sobre mi país favorito del mundo: Liechtenstein.
Una vez expuestos los acontecimientos de los últimos días, tocaría escribir algo divertido/ingenioso para esta introducción, pero, sea por el día plomizo o por el fin de la estación, me ha dado por mirar hacia atrás con una combinación de melancolía y alegría.
Como suele ser habitual, se me ha escapado el verano como un suspiro, pero al mismo tiempo siento que he hecho muchas cosas, en concreto escribir. A lo largo de las nueve entregas que ha tenido esta newsletter, contando esta, he soltado a internet más de dieciocho mil (18.000) palabras, sumando los textos que tenía en la nevera y lo que he escrito nuevo. Para ponerlo en perspectiva, se considera que una novela corta tiene entre diecisiete y cuarenta mil palabras, por lo que mismamente podría encuadernarlo todo y venderlo a algún insensato al que logre engañar. Por supuesto, para publicar una novela hay que escribir y borrar muuucho más, porque “escritor no es el que escribe, sino el que reescribe”, pero estoy muy orgulloso de este pequeño gran proyecto estival que arranqué por un impulso un caluroso domingo de julio.
A falta de nada más interesante que escribir para celebrar el equinoccio, quiero aprovechar este singular momento de transición orbital para agradecerte que me estés acompañando en este viaje. Lleves leyendo desde la primera entrega o te hayas suscrito ayer, tu mera existencia me ha espoleado para seguir publicando, superando mi natural tendencia a abandonar los proyectos. Por supuesto, si eres una de esas personas que has dedicado su tiempo para escribirme con tus comentarios o felicitaciones, debes saber que te aprecio y que espero que hoy cenes algo rico. Si en algún momento llego a lograr algún éxito relacionado con la escritura, será en parte tuyo.
Y si esta ñoñería no es suficiente para que compartas esta newsletter con tus amigos y familiares, yo ya no sé qué más hacer.

La promoción
¡Queda una semana!
Así, como lo oyes. Sólo falta una semana para el pedazo de show que me marcaré el domingo 29 a las 19:00 en El Refugio del Crápula (Zaragoza) con el tremendo de Sito Sevilla.
Fíjate si va a ser un pedazo de evento, que hemos hecho un sketch promocional divertidísimo y super original que nadie había hecho antes en comedia:
Por si aún no te has decidido, puedo asegurarte que en este espectáculo se dirán unas cosas y se comentarán otras. ¿Qué más se puede pedir?
Los relatos en cadena
Segunda semana de participar en el concurso de microrrelatos y no ganar ni un parchís. En esta ocasión, la frase para iniciar los relatos era “Sigo dando la cena a los niños”.
Juegos de niños
Sigo dando la cena a los niños. No se me ocurre qué otra cosa hacer. A lo mejor si lo ignoramos se va.
Me sorprende que Marcos y María no parecen asustados. De hecho están sonriendo a esa cosa y María lo saluda con su manita mientras le acerco la cuchara de puré. "¡Hola, perrito!" balbucea alegremente.
Le pregunto a Marcos qué han hecho esta tarde. Me cuenta que han encontrado un libro con dibujos raros y los han estado pintando en su cuarto hasta que ha aparecido eso.
Suspiro resignado. Creo que han encontrado el Necronomicón de mi padre. Y parece que hemos adoptado un demonio.
Magnicidio
Sigo dando la cena a los niños. El locutor de la radio está informando sobre el terrible atentado que ha acabado con la vida del presidente. Los informes preliminares hablan de un fallo de seguridad y un lobo solitario.
Mientras lavo los platos se retransmite en directo un emotivo discurso del vicepresidente. Promete ser continuista y acometer las medidas iniciadas por el difunto.
Tras acostar a los niños voy a mi despacho esperando encontrar un email.
"Hemos hablado con él. Tomará posesión mañana y el lunes aprobará la fusión."
Apago el ordenador y me sirvo una copa. Sonrío feliz. No todos los días se gana la lotería.
Conexión paterno-filial
Sigo dando la cena a los niños. Como si no acabase de darme cuenta de que no los quiero y de que me arrepiento de todas mis decisiones vitales. ¿Será esto la crisis de los cuarenta?
Tantas oportunidades perdidas. Si no me hubiese conformado con Lucía, igual podría haber enamorado a Cristina. Y nunca debería haber dejado la escuela de artes para hacer esas oposiciones. Joder, podría haber sido feliz de verdad.
Levanto la mirada y me encuentro con la de José. "Papá", me dice con cara de confundido, "creo que me acabo de dar cuenta de que no te quiero".
Por fin alguien que me entiende.
Las canciones de la semana
“Without you, without me” de Boygenius.
“Beauty” de LOVE SUPREME.
“$20” de Boygenius.
“I know the end” de Phoebe Bridgers.
“Turn out the lights” de Julien Baker.
La despedida
Hasta luego. Chao. Adiós.
Un beso.
Espero que tus deseos de cenar algo rico me alcancen y hagan el milagro, porque un tupper de caldo de pollo me mira amenazador desde la nevera. ¡Enhorabuena por los shows y por conseguir no abandonar la newsletter! Ella tampoco lo haría.