La tabla de contenidos
La tabla de contenidos: esta newsletter está funcionando en servicios mínimos.
La introducción: puede que experimente una disminución de la calidad del contenido.
El microrrelato: estamos trabajando para volver al funcionamiento habitual.
Las canciones de la semana: agradecemos a los lectores su comprensión.
El bloque de monólogo: si tiene alguna consulta, use el número de emergencias disponible en
La despedida: mantengase a la espera de actualizaciones.
La introducción
Ey, hola.
Soy Miguel Escribano y estás leyendo “Gritando al vacío”, la newsletter que cada vez se hace en menos tiempo. Esta semana he estado un poco bajo mínimos, por motivos en los que no entraré, pero que tienen que ver con el consumo de antibióticos, de modo que va a haber que rascar el socarrat del contenido.
La única actualización relevante es que el domingo pasado actué con una media hora nueva de material y parece que fue bien. Así que estamos más cerquita de confeccionar el show de una hora.
El microrrelato
Como la primera semana sólo escribí dos microrrelatos y mi objetivo es tener tres de cada, he escrito uno nuevo. Tiene lógica. Allá vamos.
El cuadro
Nuestros nombres eran los meses del año y debíamos ir tres a cada estación. El museo iba a usar cuatro mensajeros y no sabíamos cuáles eran señuelos. Teníamos que golpear a la vez para no perder el paquete.
Esperé con Abril y Mayo en Primavera, fingiendo ser turistas de paso. Entonces lo vimos llegar, maletín en mano, sin escolta a la vista. Nos acercamos y asaltamos. Se lo arranqué de los dedos.
“¡Alto, policía!” Una trampa. Carreras. Disparos. Abril y Mayo cayeron.
Entré en el túnel y abrí la bolsa. Ahí estaba: el cuadro de los mil millones. Y, mientras me atravesaban las balas, ardió. Misión cumplida.
Las canciones de la semana
El bloque de monólogo
Puesto que no tengo nada más que ofrecerte, pero te respeto muchísimo y quiero que tengas algo que leer, estimado suscriptor, voy a hacer algo muy especial y que en general ni se me ocurriría: mostrarte un fragmento del guion de mi monólogo.
El motivo por el que no suelo hacer esto es doble: por un lado, están escritos para ser interpretados, y leídos pierden; por otro, mi objetivo es que pagues por oírlo, de modo que dártelo gratis es contraproducente.
En cualquier caso, este tema en concreto es muy cercano a mi corazón y le doy el coñazo a todo el mundo con ello, así que me parece adecuado compartirlo hoy contigo.
Liechtenstein
A mi se me da muy mal relacionarme con gente nueva. No entiendo las convenciones sociales para romper el hielo.
Como esto que se pregunta a veces de cuál es tu animal espiritual. Y va la peña y dice cosas como un lobo solitario, un jaguar, o un león de la sabana. Claro que sí Antonio. Eres contable y estás divorciado. Seguro que tu animal espiritual es un depredador en lo alto de la cadena trófica.
Esas preguntas no aportan nada. Pero hay una que creo que sí dice mucho de alguien: ¿Cuál es tu país espiritual?
El mío es Liechtenstein. Me recuerda a mi porque es pequeño, fascinante, y no recibe la atención que se merece.
Liechtenstein es un lugar increíble y absurdo, empezando por el hecho de que exista a día de hoy. A diferencia del resto de países europeos, que se han definido a lo largo de siglos de guerras y conflictos plurinacionales, Liechtenstein existe por una serie de maniobras políticas de una familia de millonarios alemanes del siglo dieciocho.
No quiero ponerme técnico, pero lo que pasó es como si Amancio Ortega compra un pueblo de Soria, lo llama Inditexia, y acaba siendo miembro de la ONU con Amancio como rey. Que no me parece mal. Es la única forma de que haya más niños en Soria, aunque sea trabajando.
Pero lo sorprendente de Liechtenstein no es que llegara a ser un estado independiente, sino que sobreviviera.
Por un lado, es el sexto país más pequeño del mundo, con la población de la ciudad de Teruel y un tercio de su tamaño, pero sin lo único de valor que tiene Teruel, Dinópolis.
Por otro lado, no tienen ejército porque les salía muy caro. Ahora mismo su fuerza militar son unos 80 policías. Tampoco es que antes le dieran mucho uso al ejército. Durante la última guerra en la que participaron volvieron más de los que fueron porque hicieron un amigo italiano. Lo típico que sales un finde de fiesta y conoces a un erasmus que le pega el herpes a todas tus amigas.
Que en doscientos años no se los haya comido ningún otro país es una combinación de suerte y de no tener nada de interés que ofrecer. De hecho, durante la segunda guerra mundial Alemania planeó anexionárselo junto a Suiza, pero no les valió la pena el esfuerzo. ¡Alemania!
Hablando de Suiza, hace unos años una unidad de 170 militares suizos entraron por accidente en territorio de Liechtenstein durante unas maniobras. Siendo que Liechtenstein está defendida por 80 agentes de policía, esto equivale a que de repente entraran en España un millón de marroquíes armados, que de hecho es lo que está pasando según Susana Griso.
El gobierno suizo se preocupó mucho por el posible conflicto diplomático y pidió disculpas a través de su ministro de exteriores. La respuesta oficial del portavoz de Liechtenstein fue “no pasa nada, son cosas que pasan, ni que hubieran venido con helicópteros”, ilustrando la principal característica de la personalidad Liechtensteiniana: el sudapollismo extremo.
Se la suda todo muchísimo. Están en medio de Europa pero van a su puta bola. Os voy a dar unos cuantos datos para que entendáis hasta qué punto les da igual comportarse como un país normal:
Su principal actividad económica desde el siglo pasado ha consistido en ser un paraíso fiscal y ocultar las fortunas de ricos de todo el mundo, pero a diferencia de otros paraísos no le han dado la ciudadanía a ningún youtuber. Punto positivo.
El mayor banco encargado de esto es propiedad del monarca y jefe de Estado, convirtiendo a Liechtenstein en ejemplo de monarquía ética, que no roba a sus ciudadanos, sino a los ciudadanos de otros países.
En 2008 un ex-empleado de dicho banco vendió información secreta a Alemania sobre la cantidad de dinero que estaban evadiendo allí los ciudadanos alemanes. Esto provocó un escándalo y un conflicto diplomático enorme, a lo que Liechtenstein respondió acusando a Alemania de comerciar con bienes robados. Como si pillas a tu pareja mandando una fotopolla y te dice “¿Me estás mirando el móvil? ¡Eres una tóxica!l”. Amiga, date cuenta.
Hay más empresas registradas que ciudadanos. Como consecuencia, tienen un producto interior bruto de doscientos mil euros per cápita. Lo justo para alquilar un piso en Madrid.
Económicamente están avanzados a su tiempo, de modo que lo compensan teniendo una mentalidad social del pasado.
Fueron el último país europeo en dar el voto a las mujeres, en 1984. Esto se aprobó con una diferencia de un 1% de votos en un referéndum en el que sólo participaron hombres. Casi se quedaron al 50-50, demostrando un compromiso inigualable con la paridad.
Tampoco es que el derecho a voto implique gran cosa, ya que es una monarquía absoluta en la que el rey puede destituir al gobierno, a los jueces y vetar leyes. Aquí eso sólo lo puede hacer Florentino Pérez.
Hans Adam II, el actual rey, montó un referéndum en 2003 en el que exigía que le concedieran poderes extraordinarios. Si votaban que no, dijo que se iba a Suiza, se llevaba su banco, y vendía el país a Bill Gates. Unas exigencias locas sólo comparables a cuando voy a actuar en un garito y pido un camerino y un botellín de agua.
El referéndum se aprobó, claro. Yo también hubiera votado que sí, por si acaso. No sé si es posible vender un país, pero tampoco creía que se pudieran vender bragas manchadas, y resulta que es una industria.
Esto, sumado a que la constitución define el catolicismo como religión de estado, que el matrimonio homosexual es ilegal y el aborto es delito, convierte a Liechtenstein en el museo de historia medieval más grande de Europa. Encima a cielo abierto.
El bueno de Hans Adam tiene muchísimo poder. Es el sexto monarca más rico del mundo. Que mucha pasta tienes que tener para estar en la misma liga que la familia real británica, que ha robado medio Egipto.
Hace poco leí un reportaje sobre sus inversiones por todo el mundo. El tío ha metido mano en todos los campos. Aquí en España controla residencias estudiantiles y tiene plantaciones de aguacates, los pilares fundamentales de la economía joven. Nos tiene cogidos por los aguacates.
Pero yo respeto a la gente que sigue sus sueños, aunque ese sueño sea ser un señor feudal. Así que espero que la próxima vez que te tomes una tostada de aguacate en tu mini habitación de residencia porque no puedes permitirte un alquiler alces el puño y grites:
¡Viva Liechtenstein!
La despedida
Hasta luego. Adiós. Un beso.
Te quiero.