La tabla de contenidos
La tabla de contenidos: esto.
La introducción: lo otro.
La promoción: lo de más allá.
Los microrrelatos: aquello.
Las canciones de la semana: eso.
La despedida: adiós.
La introducción
Ey, hola.
Soy Miguel Escribano y estás leyendo Gritando al vacío la newsletter que se envía tarde por el cambio de hora. Si es que nos vuelven locos con lo de adelantar o atrasar los relojes, je, je, je…
…
No, la verdad que no. He de serte sincero, estimado lector: esta semana me ha pillado el toro y he tenido que terminar de escribir a última hora. Ha sido una semana ajetreada, pero, sobretodo, debí haber empezado antes. La vida.
Por el ansia de enviar la newsletter a la hora de siempre, he estado apuntito de mandarla medio vacía, pero, una vez más, en mi incomparable compromiso con la calidad y contigo, he decidido enviar el mail un poco más tarde a cambio de poder darte tres microrrelatos recién exprimidos. Espero que los disfrutes.
Por otro lado, al respective de mis problemas recientes de audición, estos días he comprobado que estar de público en un espectáculo me resulta un tanto incómodo por los aplausos a mi alrededor, pero puedo actuar bastante bien en un escenario sin que el ruido me moleste, lo cual es una gran noticia, ya que tengo unos cuantos bolos a la vista, a los cuales puedes venir, si quieres *guiño, guiño*.
La vida me da limones, pero a mi me encanta hacer limonada. Toma ya, vaya frase para cerrar la introducción. Soy un máquina de la palabra.

La promoción
Esta tarde (si estás leyendo la newsletter el día de su publicación, claro) tenemos nuestro show de improvisación Somardas TV en El Refugio del Crápula. Va, pásate, que estará guay.
Y el jueves 31 estaremos en Las Armas participanto en el JAJA SHOW Vol. II junto a Juan Capilla, un mago de talla mundial.
Y más cosas, pero creo que los expertos del marketing aconsejan no poner diecinueve millones de llamadas a la acción en un mismo mensaje, así que ya te iré contando más adelante.
Los microrrelatos
La frase de esta semana era Las obras del convento, lo cual es bastante menos restrictivo que en anteriores ediciones y se agradece. ¡Pero al mismo tiempo es demasiada libertad! ¡Tantas opciones y caminos posibles! Vaya con la náusea alienante, que siempre nos persigue…
Todo por los pobres
Las obras del convento desenterraron un tesoro escondido. Desde un primer momento hubo júbilo por el hallazgo y su potencial para ayudar a los más necesitados.
Sin embargo, la emoción se tornó estupor a medida que seguían apareciendo lingotes de oro. Los tasadores ya cuantificaban el botín en cientos de millones. ¿Qué iban a hacer con tanto dinero?
Las hermanas se reunieron y decidieron que era imposible gastar esa cantidad en pequeñas obras de caridad. Había que pensar a lo grande. Necesitarían personal. Y una oficina. Y algún coche de empresa. Y vacaciones, claro.
Dos años después, salieron a bolsa. Todo por los pobres.
Feng Shui
Las obras del convento estaban siendo más complicadas de lo previsto. El plan inicial de reacondicionamiento de la capilla se había visto truncado cuando, durante el amigo invisible de Navidad, el padre Tomás le había regalado al prior un libro de Feng Shui.
Desde entonces el prior había decidido que la obra debía abordar todos los flagrantes errores de diseño del edificio, que imposibilitaban un adecuado alineamiento de los chakras y la paz espiritual, empezando por la orientación de la parroquia, que había de ser demolida.
Pero quizás lo más extraño, en opinión de todos los hermanos, fue poner al Cristo en el baño.
El santo
Las obras del convento obligaron a trasladar todas las figuras para evitar su deterioro. Los vecinos del barrio acordaron que lo más barato sería repartirlas entre sus casas hasta que acabara la reforma y, a pesar de la extrañeza inicial, se adaptaron bastante rápido a esta nueva situación.
Pero todo cambió cuando Juanito, el hijo de la Manoli, comenzó a hablar con la estatua de San Jerónimo. Como al mismo tiempo sacó un sobresaliente en inglés, esto se consideró un milagro y la clara intervención del traductor de la Biblia.
Para cuando Juanito confesó que había copiado ya era demasiado tarde. Lo hicieron santo.
Las canciones de la semana
La despedida
Hasta luego. Adiós. Un abrazo.
Un beso.